¿Has oído hablar del SARC (Suero Autólogo Rico en Citoquinas) y del PRP (Plasma Rico en Plaquetas)? ¿Qué los diferencia?
La principal diferencia es el uso de los leucocitos durante el proceso de preparación del SARC que permite obtener citoquinas anti-inflamatorias.
El SARC no contiene plaquetas, ni fibrinógeno, ni ninguna célula sanguínea, contiene directamente la red de citoquinas anti-inflamatorias y anabólicas (también denominadas factores de crecimiento) que intervienen en la regeneración. Es decir, mientras que el PRP contiene tan solo el mediador (las plaquetas), el SARC contiene directamente el principio activo (las citoquinas); y mientras al PRP hay que añadirle CaCl2 para promover la activación de las plaquetas, el SARC se obtiene mediante un proceso totalmente biológico, sin aditivos.
El éxito de la experiencia clínica con el PRP, principalmente en patologías moderadas y pacientes jóvenes, ha conducido a explorar nuevos ortobiológicos como Qrem Cytokine. La mayoría de pacientes se benefician de 1-2 inyecciones de SARC, mientras que en el PRP se recomiendan al menos 3.
¿Cómo se realiza el procedimiento?
En total suele durar unos 40 minutos. Se realiza en consulta ambulatoria y solo precisa del reposo funcional posterior de 24-48h según la localización donde se inyecte. Nosotros siempre lo realizamos bajo control ecográfico, para asegurar su distribución en el lugar correcto, a fin de mejorar en eficacia y seguridad.
Los pasos que se siguen son los siguientes:
¿En qué patologías musculoesqueléticas lo indicamos?
En artrosis (degeneración articular) y tendinopatías (degeneración tendinosa que puede ir desde la simple desestructuración del tejido hasta la rotura).
Y ¡¡¡¡MUY IMPORTANTE!!!!!: Tanto el SARC como el PRP deben usarse siempre bajo prescripción médica. Y debe ser un médico quien suministre tal tratamiento.
Son productos biológicos sujetos a la normativa establecida por la AEMPS para este tipo de productos.